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Lo que no se mide, no se puede cambiar: Midiendo la huella de carbono en eventos

  • Foto del escritor: Stephanie García
    Stephanie García
  • 3 jul
  • 4 Min. de lectura
"Lo que no se mide no se puede cambiar"
"Lo que no se mide no se puede cambiar"

Como humanidad, enfrentamos un desafío compartido: el calentamiento global. Y aunque no todos contribuimos en la misma medida, la realidad es que todos estamos involucrados. La industria de los eventos —esa que tanto celebramos por su capacidad de conectar personas, ideas y culturas— también deja una huella ambiental significativa. Un impacto que, muchas veces, pasa desapercibido.


Ha llegado el momento de asumir la responsabilidad en nuestra amada IdR, no es que sea tema nuevo pero creo que aún hay camino que recorrer. Cada decisión en la organización de un evento, desde la sede hasta el catering, genera un impacto ambiental, la forma más común en la cuál se mide es a través de la huella de carbono


Porque lo que no se mide, no se puede cambiar.

Pero antes de entrar en materia, vale la pena aclarar algo fundamental: medir la huella de carbono no es lo mismo que ser sustentable. Y aquí es donde muchos conceptos se confunden o se usan de forma equivocada.


SUPER IMPORTANTE La huella de carbono es solo una parte (pequeña pero muy poderosa) dentro de lo amplio que es la sostenibilidad.


¿Qué es la huella de carbono y por qué importa?


La huella de carbono es un indicador y se enfoca exclusivamente en las emisiones de gases de efecto invernadero, se alinea directamente con el ODS 13: Acción por el Clima. Concentrémonos especialmente en el dióxido de carbono (CO₂). Sí, esa misma molécula que le da esponjosidad al pan, burbujas al vino o a una cerveza bien fría… también es la responsable de atrapar calor en la atmósfera.


¿El resultado? Un planeta que se calienta a gran velocidad.


Ese calentamiento se traduce en fenómenos cada vez más intensos y frecuentes: huracanes más destructivos, lluvias atípicas, sequías prolongadas, incendios forestales, y climas extremos que afectan a miles de personas. (uff y a nuestros eventos y turismo como afecta 😔) Por eso insisto: este no es solo un problema ambiental, es un problema profundamente humano.


¿Cómo se mide la huella de carbono?


Para entender cuánto contamina un evento, primero hay que saber cómo se mide. La unidad más común es la tonelada de dióxido de carbono equivalente, o tCO₂e, que agrupa no solo al CO₂, sino también a otros gases de efecto invernadero como el metano (CH₄) o el óxido nitroso (N₂O), ajustando su impacto según el potencial de calentamiento que tienen.


Pongámoslo en perspectiva:Según datos del World Bank (2022) y el Global Carbon Atlas (2023),


  • una persona promedio a nivel global emite 4.8 tCO₂e por año,

  • mientras que en México, ese número sube a cerca de 6 tCO₂e anuales.



una persona emite 4.8 ton de co2 eq al año

Ahora imagina un evento de 300 personas que implica vuelos, traslados locales, consumo energético, alimentos, producción y residuos. Las emisiones pueden escalar rápidamente a decenas o incluso cientos de toneladas.

Por eso medir importa. Porque al hacerlo, podemos empezar a ver con claridad el impacto que generamos y tomar decisiones más responsables.


Debe haber un antes y un después de medir


Medir no es el punto de partida ni la meta final. Debe haber un antes, y debe haber un después.


El antes es la planeación: ¿cómo vamos a reducir nuestras emisiones desde el diseño del evento? ¿Qué decisiones podemos tomar que realmente hagan la diferencia? Hablamos de elegir sedes más cercanas o accesibles, de evitar vuelos innecesarios, de usar energía renovable, de repensar el catering, y de eliminar lo que no aporta: impresos, plásticos, giveaways que terminan en la basura.


Y luego viene la medición. Medir nuestro impacto nos permite tener un KPI real… de verdad, devis. Y aquí es donde entra ECO2 CALCULA, una herramienta creada para simplificar ese proceso. Nada de hojas de Excel interminables ni fórmulas imposibles. Solo una forma accesible, comprensible y útil para saber cuánto estamos generando y tomar mejores decisiones.


El después es la posibilidad de compensar. Si un evento generó 50 toneladas de CO₂, se puede invertir en la compra de bonos de carbono que equivalgan a esa cantidad. Esos bonos provienen de proyectos agroforestales, restauración de manglares o tecnologías limpias que capturan o evitan emisiones reales.


Pero ojo: compensar no reemplaza la reducción. Si solo se compensa sin haber intentado reducir, eso es greenwashing. Tal cual.


Conclusión: una ruta clara para descarbonizar eventos


ruta de descarbonización de los eventos implementar plan de sustentabilidad medicion de la huella de carbono compensacion
Ruta de descarbonización de los eventos

En resumen, lo que necesitamos es cumplir con lo que yo llamo la ruta de descarbonización de los eventos, que consta de tres etapas muy simples (pero pero ta potente 😏):


  1. Tener un plan de sustentabilidad que contemple acciones concretas alineadas con el ODS 13: Acción por el Clima.


  2. Seguir ese plan, ehhhhhh!!!


  3. Medir la huella de carbono para tener una métrica real. Si tienes la posibilidad de compensar, hazlo.


Meeting planners, corporativos, owners, agencias… considérenlo desde que hacen o asignan el presupuesto. Así como piensan en la producción, el venue o el coffee break, piensen también en el impacto por fis.


Paréntesis importante: una de nuestras últimas innovaciones en ECO2 CALCULA fue lograr que se puedan comprar bonos de carbono desde 1 tonelada —o incluso fracción— con cargo a tarjeta de crédito, lo que abre la puerta a que participantes y expositores también puedan compensar su propia huella.


¿Está bien cool, no? Pero bueno… eso ya es tema para otro artículo.





 
 
 

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